Arranqué el coche y las ruedas traseras chirriaron a mas no poder de ese pequeño parking.
Empezé a bajar la carretera como en los viejos tiempos, a una velocidad abismal, me conocia esa carretera como si fuera la palma de mi mano pero hacia mucho que no corria por ahi, me llegaron tantos recuerdos de aquellas noches con los "amigos" por estas calles. Marcha arriba, frenos y derrapadas por las curvas, sintiendo el motor revolucionado, las ruedas chirriar, algo que necesitaba oir y que hacia mucho que no lo tenia.
Al terminar de bajar la montaña a ritmo vertiginoso paré el coche al entrar en la ciudad, me quité el cinturón y eché un ojo a los acompañantes no sea que esten bastante mal de toda esa bajada.
-¿Todo bien?-